La etapa educativa comprende el aprendizaje intelectual y el social. Por ello, resulta aún más difícil situación si este niño sufre o padece algún tipo de discapacidad y, en concreto, la física. El ejemplo vivo y claro que voy a desarrollar en todo este blog, comprende todas las circunstancias, que ha sufrido mi hija, y nosotros los familiares, durante todo el periodo educativo.
Bien, para que veáis la evolución que ha tenido la Universidad donde ha estado inscrita mi hija, voy a añadir una serie de estadísticas que ha hecho la propia Universidad en base a personas con discapacidad.
Este es un plano de la Universidad Pablo de Olavide.
En primer lugar, vamos a ver cuantos niños se han inscrito a lo largo de los años en la Universidad con un grado igual o superior al 33 %:
Como se puede apreciar, el número de alumnos ha ido aumentando. Esto es señal de que los alumnos con discapacidad luchan más por una educación digna. Por ello, el siguiente estudio es en base a las titulaciones en las que se han inscrito los alumnos con discapacidad, este es:
Se puede ver la fantástica evolución que ha ido habiendo. Pues con ello, veamos entonces el desarrollo según los sexos, los cuales son:
Los hombres en este caso, tuvieron una mayor influencia en un principio y se ve como la mujer avanza a lo largo del curso de los años. Cabe recordar, que las mujeres discapacitadas tienen una gran dificultad y ello lo digo ya que sufren doble discriminación, una por ser discapacitada, y la otra por ser mujer. Aunque no lo parezca pero aún siguen existiendo factores que discriminan a las mujeres.
La forma en la que mi hija iba a la universidad, teniendo la discapacidad física que tiene, necesitaba de una tercera persona que la llevara a clases y además que le ayudara para cualquier tipo de necesidad, ya fuera ir a copistería, al baño, a otra aula ya que las clases se impartían en diferentes edificios, etc. Por ello, yo, como madre de mi hija, me tuve que dedicar a ella completamente. Digo esto, ya que también dispongo de dos hijos más menores de edad, los cuales, también necesitan de la ayuda y atención de su madre, pero debido a las circunstancias los hermanos asimilaron la situación y aceptaron lo que sucedía.
Un diario de mi hija, consistía en levantarse temprano, desayunar, vestirla y llevarla a la facultad. Mientras ella estaba dentro de clase, yo, me sentaba en un banco que había dentro del mismo edificio, esperando a que ella me llamara para que entrara en clases, bien para cogerle agua de la mochila, quitarle el abrigo, cambiarle la libreta, etc. Por ello, yo me encargaba de llevarla en el coche tanto por la mañana como por la tarde, aunque los días que tenía turno completo nos quedábamos allí a comer. De mis otros hijos se encargaba mi cuñada.
Me gustaría hacer una apreciación ya que seguro que muchos de ustedes os estaréis preguntando el porqué no la inscribí en la UNED y así ya no tener problemas a la hora de asistir a clases y desatender un poco más a mis hijos menores. Las razones de ello son: cuando mi hija empezó la carrera, el internet no estaba tan avanzado como lo está hoy en día, además ella no sabía utilizar un ordenador tal y como se sabe ahora. Pero el otro motivo es en cuanto a sociabilidad se refiere, con ello quiero decir, que debido a lo bien adaptada que se encontraba su Universidad Pablo de Olavide y también quería que mi hija supiera relacionarse tanto con profesores como con sus amigos.
Bien, en la etapa universitaria de la Licenciatura en Derecho que hizo mi hija, ya dije en su momento que no tuvo ningún tipo de discriminación por parte de compañeros, pero sí en cuanto a lo económico, ya que nosotros queremos lo mejor para nuestra hija, pero las ayudas económicas siempre son muy importantes en esta etapa.
Como bien sabéis, y sino yo lo menciono, para las personas con discapacidad hay muchas reducciones en cuanto se refiere al pago de matrícula, entonces esto ya es una gran ayuda. Pero además, voy a añadir las ayudas que hay para personas con discapacidad en este aspecto.
Por un lado, tenemos las ayudas que ofrecen el Ministerio de Educación, en cuanto a beca se refiere, es decir, una cantidad económica que se basa en la renta económica de nuestra casa y luego en los estudios que haya tenido mi hija al cabo del año anterior. Pues bien, este tipo de beca, no la cogíamos ya que la que voy a comentar a continuación es muchísimo más favorable que esta.
Por otro lado, cabe mencionar a la Fundación Universia, donde en el apartado "Capacitas" (http://www.fundacionuniversia.net/inicio.html) podéis encontrar: bien, becas económicas, las cuales se basan en los estudios del alumno con discapacidad y además, productos de apoyos para que el alumno pueda desarrollar con facilidad sus estudios económicos. Por ello mismo, nosotros nos apoyábamos en este tipo de ayudas, ya que eran más beneficiosas para mi hija.
En primer lugar, pedir disculpas por la tardanza a la hora de escribir, ya que para mi, el recordar tales momentos me hacen sufrir bastante y además tengo que ocuparme de mis hijos.
Bien, mi hija aprobó la selectividad y a la hora de entrar y elegir universidad optamos por una que estuviese adaptada a discapacitados. Por ello, y añadiendo que tanto personal como adaptabilidad de la universidad estaban totalmente adaptado, pudo mi hija desarrollar con total libertad los años que constan su carrera de Licenciatura en Derecho.
En cuanto a los profesores, cabe decir que había de todo tipo de ellos, pero la gran mayoría son dignos de admirar debido a sus grandes intenciones por ayudar a mi hija, e incluso de entre ellos habían muchísimos que les daban el teléfono suyo privado, su email privado y le hacían videoconferencias para las tutorías que necesitara en todo momento.
En este nivel, también se nota la cualificación que tienen los profesores no solo educativo sino además social. Se nota que tienen experiencia y a la vez capacidad de trato a las personas que padecen una discapacidad. Sinceramente en esta universidad, la experiencia fue genial.
En cuanto a las ayudas de las que nos pudimos agarrar, haré una mención en otra entrada del blog.
En esta etapa, mi hija, tuvo que volver a cambiarse de Instituto, ya que en el que se encontraba no disponían de Bachillerato.
En el primer curso, tuvo la única dificultad que el profesor de educación física, el cual era bastante joven, suspendía la asignatura de mi hija, debido a que "no realizaba las actividades físicas que se mandaban en clase". Sinceramente, esto ya para mí era algo bastante injusto, debido a que mi hija con la discapacidad física que padece no puede hacer ejercicios que hacen otras personas con las piernas en perfecto estado.
Por ello, recurrí a hablar con el profesor para ver qué solución imponía a tal efecto. Pues bien, no tuve ningún problema ya que aunque el profesor no entendiera el porqué exigía que a mi hija no la suspendiera, llegamos al acuerdo de imponerle un examen por cada trimestre que compone el curso escolar. Así fue, y así pudo aprobar la asignatura.
En el segundo curso, sabiendo la discapacidad que tenía mi hija, proceden a ponerle la clase en la planta 3º del edificio. Este mismo, dispone de ascensor, pero un día, los alumnos del centro, debido al mal uso que hacían con el ascensor, lo rompieron. Mi hija, llega y cuando va a solicitarlo, ve efectivamente que no funciona. Por tanto, procede a buscar al conserje para que le proponga una solución, la cual fue: "vete por las escaleras andando". Así hizo mi hija, y debido al mal funcionamiento de sus piernas, le fallaron y calló por las escaleras, haciéndose tanto daño en las piernas que ya no anda.
Esto no es todo, los compañeros proceden a ayudarla y la sientan en clase. El profesor que le tocaba impartir clases en ese mismo momento optó por ignorarla y uno de sus compañeros llamó al Jefe de Estudios, el cual, quería subsanar el problema con una simple crema en sus piernas cuando ella estaba llorando de dolor y sufrimiento a la vez que gritaba que me llamaran a mí ya que podría llevarla al Hospital especializado, el cual es el que mejor sabe cómo son sus piernas. No hicieron caso a mi hija, la cual se llevo llorando toda una hora, hasta que uno de sus compañeros debido al llanto que tenía procedió a llamarme desde su móvil.
Cuando me enteré, corrí de tal manera que nunca lo había hecho, asustada por la situación. Entré en el instituto y nadie sabía nada e incluso nadie me guiaba de donde estaba mi hija. Cuando llegue a la clase, lo primero que hice fue interrumpir la clase y dirigirme hacia donde estaba ella, la cual, estaba completamente bañada en lágrimas. Le miré las piernas y tenía zonas muy rojas. Llegó el Jefe de Estudios y me dijo que se había "tropezado", cuando era totalmente distinto a lo que me contaron sus compañeros. La bajé por las escaleras en mis brazos sin ayuda de nadie, no tuvieron ninguna consideración ya que mi hija pesaba.
El resultado de todo ello fue, una noche en el hospital, lesiones en sus piernas de tal manera que sufre de dolores de huesos en sus piernas.
Esta etapa, supuso un cambio del colegio al instituto, que como a muchos de ustedes os ha podido suceder, suele ser un poco difícil, en cuanto a nivel de estudios y en lo que se refiere a conocer personas nuevas.
Mi hija, sufrió bastante en esta etapa, ya que había una chica, la cual también vive en nuestra misma barriada, que le acosaba psicológicamente y le maltrataba físicamente. Pero yo de todo esto me enteré el año pasado, sin ya poder hacer absolutamente NADA.
De entre los acosos tenemos tales como insultarle, decirle que yo le pagaba a ella para que jugase con mi hija puesto que sino se quedaría muy sola, amenazarle con hacer las cosas que ella decía o sino pondría a todos sus compañeros en contra suya, también llegar a decirle que sus hermanos la querían mas a ella que a su propia hermana (en este momento mi hija tiene una gran diferencia de edad con sus hermanos, los cuales eran muy pequeños). Además me contó que el día que nosotros le compramos un perrito, ella solía meterlo en el carrito que le regalaban los Reyes Magos para meter a las muñecas, pues me comentó que cogió al perro y empezó a pegarle hasta romperle el carrito incluido, y ella llegar a casa y decir que era porque se le había caído. Como podéis ver, estoy mezclando estos acosos tanto en el insituto como en la barriada cuando se iba a jugar. También en el recreo se le ponía a insultarla y a decirle tales cosas a gritos como "eres un 0 a la izquierda" "no vales para nada", etc. Digo etc, porque me imagino que ya os supondréis que le decía.
Lo que nunca llegaré a entender es como las chicas que tenía como amigas, no tenían un poco de consideración y ayudaban a mi hija en vez de reirse con ella mientras hacía las cosas que hacía.
En lo que se refiere a acoso físico, puedo decir que mi hija antes solía andar un poco, es decir, andaba de forma muy lenta pero algo andaba. Digo andaba, ya que veréis como por culpa de algunos niños y niñas que hay hoy en día le hicieron que no llegase a andar más. Con esto, voy a decir, y todo según me ha contado mi hija a día de hoy, tenemos que además, ella en el instituto solía montarse en la silla de la clase con una escalera de madera que le hizo mi marido para poder llegar (ya que repito que ella las piernas las tiene muy cortas y no tiene bien los huesos de las mismas), pues esta chica, le quitaba la escalera y se la escondía devolviéndosela antes de que llegara el profesor para que no se diera cuenta de lo sucedido. Además le cogía su mochila y la metía en la papelera sin poder ella cogerla ya que también le falta un brazo, o incluso le ponía zancadillas para que tropezara.
Mi hija, fue y habló con la tutora que tenía en esos momentos, la cual, le respondió diciéndole que no se explicaba como una chica tan estudiante y buena persona en clase (se refería a la que acosaba y maltrataba a mi hija) pudiera hacer ese tipo de cosas. Que era mi hija la que psicológicamente estaba mal.
Aunque no lo parezca, me está costando escribir esto que escribo, ya que para mí es un dolor puro e incesante que estoy sintiendo al igual que la impotencia que tengo por no poder hacer ahora nada. También admiro el valor de mi hija, que a pesar de lo que ha pasado en esos años en ninguno de los casos dejó de estudiar y lo que nunca olvidaré fue la pregunta que me hizo en esa época: "Mamá, de mayor quiero ser algo para poder defenderme por mí misma y que me escuchen, ¿hay algo de eso?" y yo le respondí "Sí hija, sí. Estudia derecho y nunca dejes de estudiar para llegar muy lejos".
Bien, pero esto no es todo. La chica esta se fue en Tercero de la E.S.O a otro instituto y para mi hija fue un gran alivio. Pero en Cuarto de la E.S.O, se encontró con una tutora, la cual le daba ética, francés y tutoría y opinaba que los discapacitados no tenían derecho a estudiar e incluso no entendía porqué se les ayudaba institutaria y públicamente. Menos mal, y debo de agradecer a todos los compañeros que estuvieron en la clase de mi hija, puesto que se revelaban y además se quejaron al equipo directivo, aunque no se les escuchara, ya que no llegaban a creerse cómo una profesora podía realizar ese tipo de comentarios y de actos. Por lo de actos me refiero a que llegaba a suspender a mi hija, estando aprobada, por el simple echo de rechazarla al ser discapacitada.
Como podéis apreciar, no fue nada fácil para mi hija, y no solo ya por el hecho de que existan "compañeros de clases" que hagan este tipo de actos, como "profesores" que tengan esa ideología, sino también el hecho de la discapacidad física que padece, ya de por sí le impedía para defenderse por sí misma ya que al verse así se pensaba que no podía. Pero hoy día piensa total y completamente diferente.
Mi hija, como ya dije, padece una discapacidad física consistente en afectación a miembros inferiores y superiores del cuerpo humano, que le obliga a ir en silla de ruedas, pero en cuanto a lo intelectual, todo está correcto.
Cuando tuve que inscribirla en la guardería, no tuve ningún tipo de problema. Pero en primaria ya empezaron los problemas, ya que debido a la discapacidad que tenía ellos la rechazaban creyendo en que padecía además intelectualmente una discapacidad. Al final de mucho esfuerzo y constancia pudimos inscribirla, es más el trato por parte de profesores era digno de admirar.
En la actualidad, el número de alumnos que padece una discapacidad física ha aumentado, pero en cuanto a la adaptabilidad de los colegios a este tipo de discapacidad, no. Cabe decir además, que las ayudas económicas en este tipo de etapa educativa es nula.
Amento de la discapacidad física frente a las demás discapacidades.
En este tipo de etapa, en cuanto al acceso para ir al colegio no tuve problema alguno ya que estaba cerca de casa y podía acudir andando, con la silla de mi hija. Pero en cuanto a adaptabilidad, entre mi cuñado y mi suegro, los cuales eran albañiles, y todo siempre de mi bolsillo, adaptaron, tanto cuarto de baño, como el aula, ya sea a lo que se refiere a silla y mesa, además de entre otras adaptabilidades. En fin, esto es toda una labor que se requirió para que mi hija pudiera desarrollar los 6 años que comprende la etapa de primaria.